And I… wanna be… An-arkhé

El poema no puede ser detenido.

Ni torturado, asesinado, violado,

secuestrado, mutilado,

robado, operado, sodomizado,

reeducado, dopado, humillado,

bombardeado, conquistado,

saqueado, raptado, amenazado,

mutilado, electrocutado,

quemado, traspasado, cegado,

crucificado, descuartizado,

ahorcado, guillotinado, pisoteado, […]

Andityas Matos

La escritura y publicación de esta reseña me tomo más tiempo del que esperaba; no se trataba de falta de interés por el libro o el tema abordados, sino que me atacaba una especie de temor a la hora de afrontar dichos temas a la luz de los tiempos que nos habitan. Mil y un veces atreví algunas notas, apuntes y divagaciones basándome en la presentación que de la An–arquía que viene hiciéramos Francis García Collado, el propio Andityas Matos y yo en febrero de este año, pero siempre terminaba por borrar más de lo que había escrito, por pensar que algo se me quedaba fuera, que nada podía ser dicho en la forma abierta y múltiple que era necesaria hacerlo. Fue justamente el enfrentar cara a cara los tiempos que vivimos que este texto fue tomando la forma que por fin presento. Es difícil (otra vez) escribir rodeado de tanta muerte, de tanta destrucción. No se trata de una muerte cualquiera, sino muestra su terrible rostro a través de los genocidios que se están perpetrando en Palestina, el Congo y otras zonas del mundo; a través de las tristemente interminables desapariciones forzadas, feminicidios y otros crímenes que en territorios latinoamericanos llegan sí a manos narcotráfico, pero también del ejército, la policía y otras fuerzas que supuestamente deberían proteger a los ciudadanos. De parte incluso de una sociedad civil cada vez más dividida y enemistada a fuerza de unas falacias que insisten en sobrevivir más allá de cualquier forma de resistencia. Sí, es difícil escribir con ese panorama de frente, pero más difícil sería tener que aceptar que simplemente hemos cedido al impulso de rendirnos, de dejar pasar, así sin más, estos son los terribles del rostro humano que somos. El tiempo de la escritura de esta reseña tiene que ver así con la puntualidad del tiempo en el que aparecen la propuestas filosófica y poética de Andityas Matos.

Decido hablar de ambos libros en este espacio porque creo que que los dos provienen de potencias muy similares que invitan a la reflexión, a la indignación, pero por ello mismo también esperanza, entendida esta no como un mero acto de una fe ciega, sino como un modo múltiple de encontrarse con la realidad circundante.

En la anarquía que viene, el autor propone pensar la anarquía desde su etimología, que proviene del griego antiguo y que significa, por encima de todo, lo que carece de origen. Esta idea sacude de inmediato las ideas que son más caras a los fascismos y otras formas de ideología capitalista que tanto gustan encontrar una raíz fundamental de la cual proviene un todo imaginario que sirve para no otra cosa que justificar las atrocidades que cometen. Ese origen que puede llamarse nación, patria, familia, cultura, y un largo etcétera, y a partir de lo cual se niega la existencia de cualquier tipo de diversidad ya sea sexual, corporal, existencial y ontológica. La anarquía que viene surge no como mero antídoto sino como potencia, como diálogo honestamente abierto. No es casual que Matos elija el diccionario con forma de escritura y es que:

Hoy, sin embargo, parece que el simple desvío del lenguaje político dominante no es suficiente para crear vitalidad, ya que, como señaló Agamben, al haberse convertido la mentira en parte integral de la política, se ha impuesto definitivamente un cambio de época, constituyendo así un horizonte que parece imposible profanar.

El diccionario se defiende de todo intento de pensar más allá de este, reafirmando lo verdadero sólo como un momento de lo falso y reduciendo al mínimo necesario las opciones de las que disponen los hablantes, […]

Un nuevo léxico político no es, pues, una moda más o menos vulgar, sino una necesidad apremiante para todos aquellos que comprenden la ausencia de fundamento característica de la experiencia del poder, que no se da como algo natural, sino histórico; que no se identifica necesariamente con las ideas de jerarquía, mando y separación; que no se desarrollan de forma lineal o progresiva, sino en gran parte al azar, lo que no quiere decir que esta experiencia no esté dirigida o supervisada por ciertos intereses muy poderosos.¹

Nuestro autor se permite desarrollar una propuesta política an-árquica a partir de la reflexión de nuestro tiempo y del reconocimiento de la complicación de pensar lo nuevo contando viejas herramientas del pensamiento y la reflexión occidentales. Temas como la comunidad, el pueblo, la democracia, la utopía y la distopía son analizados en sus potencias carentes de arkhé, lo cual permite imaginarlas como ideas (y por encima de todo), cómo formas de vida indeterminadas, mutantes y abiertas. Permite también imaginar terrenos, que tampoco tienen un lugar fijo ni permanente en que éstas puedan llevarse a cabo sin verse sometidas al discurso del enemigo, de hostil, del anormal, sino aceptando que la aparición del otro y su existencia toda representan si un riesgo, pero por ello también diversidad y potencia…

Por medio de esas identidades múltiples y mutantes emergen la singularidades que asumen la totalidad del mundo como posibilidad, resultando de las tensiones y diálogos mantenidos entre los miembros de los diversos grupos sociales y no de la reducción segura y racional del sujeto a las identidades colectivas disponibles en el mercado político o económico, para usar la certera expresión de Pierre Bordieu. Desde esta perspectiva, la «naturaleza humana» se revela como algo eminentemente histórico. […] Así, la identidad ya no se concibe como un punto o un haz de puntos hay que garantizar a toda costa, pero como proceso histórico. De hecho, la identidad no consiste en una cosa que se pueda manipular o intercambiar, sino en una dimensión referida al sujeto.²

…Y es en ese sentido y en ese espíritu también que la obra filosófica de Andityas Matos se entrecruza maravillosamente con su poesía: Escrito durante la pandemia the covid 19, bajo las terribles políticas implementadas por Jair Bolsonaro en Brasil, el poemario Rebelión (Publicado en una hermosa edición bilingüe por Eola Ediciones) ofrece una serie de cantos dolorosos, heridos, permanentemente heridos, pero que justo por ello son capaces de generar esperanza en cicatrices, en carne viva. La poesía de Andityas Matos no es canto elemental sino coro necesario, también múltiple, mutante, colectivo en el que de una forma u otra, todos cabemos. No solo porque todos enfrentamos los sentimientos de pérdida, desesperación y desolación que acompañaron la pandemia, que acompañan los tiempos que nos caen con todos su peso el día de hoy, sino porque también compartimos aquello que los que ansían el poder a toda costa no han podido arrebatarnos: La posibilidad de ser en la palabra poética un acto de vida compartida:

If

Si los hombres no tuvieran miedo

olvidarían que cada hora del día insiste,

confesarían a las mujeres que los aman

que las aman,

harían la revolución como un

almuerzo,

abortarían la miopía, serían reyes sin

subditos,

incluso podrían dejar de morir.

Porque morir, a fin de cuentas,

no es más que un deber entre deberes.

Tendrían compasión y el más sublime

odio,

llevarían la utopía en el pecho

rebosante de palabra,

dirían cosas inversímiles por las calles,

a altas horas de la noche,

no dejarían de empapar las ropas de

sudor,

se reirían del pavor, que es tan nuestro,

y no serían geniales,

sino algunos más entre los qur por ahí

labran en tierra fertil, fecunda, feliz.³

1Matos, Andityas, La an-arquía que viene, NED, Barcelona, 2023. P. 16-17.

2Op. cit. P. 104.

3Matos, Andityas, Rebelión, poemas para estos tiempos, Eolas Ediciones, España, 2023. P. 42.